¿Qué pasa si la única cosa que hace a BIG "BIG" fue repentinamente desmantelada justo en el vértice de su potencial? Esa es la pregunta planteada por el trailer del documental BIG TIME de Kaspar Astrup Schrøder, que siniestramente ilustra un posible problema con la salud de Bjarke Ingels.
El documental de Schrøder destaca el intenso viaje de Bjarke Ingels, el fundador de Bjarke Ingels Group, durante los últimos años de su vida. Esta visión única de lo que es ser un arquitecto en la cima del mundo, plantea una pregunta que debe ser respondida por cualquiera que busque remodelar el mundo a través del diseño. ¿Cómo manejas la responsabilidad de formar el futuro en el que quieres vivir?.
Los arquitectos se pasan la vida construyendo espacios para que las personas habiten. Celebramos estos espacios por sus detalles complejos y experiencias cuidadosamente escritas, pero hay cierta ironía en el hecho de que vemos pocos de los espacios que los arquitectos mismos habitan a diario: sus hogares. La casa de Ingels es limpia y elegante, mientras que naturalmente mantiene un sentido de jovialidad. Está claro que su mudanza a la ciudad de Nueva York no es completa, pero incluso allí vemos a Ingels aprovechando la oportunidad de mejorar el espacio a su alrededor.
Ingels habla en la película sobre el diseño continuo para el marco del futuro que deseas ver. Esta responsabilidad no es tomada a la ligera por Ingels y su equipo, y está claro que él y sus socios están bajo una inmensa presión para actuar. Con los diseños de BIG (y especialmente su fundador) consistentemente en el punto de mira, cualquier cliente que quiera trabajar con BIG espera obtener una cosa: Bjarke. Pero en la película se revela que la creciente necesidad de la presencia de Ingels en los estados para administrar proyectos emblemáticos ha llevado a una disminución en la producción de la oficina de BIG en Copenhague. El modelo de negocios de BIG prospera gracias a las vanguardistas e innovadoras comisiones de competencia, pero está claro que sin Ingels, BIG es diferente.
La cultura en BIG es joven. El socio más antiguo de la firma tiene 50 años, mientras presenciamos la celebración del 40 cumpleaños de Ingels en la película (ahora tiene 43 años). El espíritu juvenil del estudio de BIG es visible en la remota celebración del cumpleaños de su fundador a través de una cámara web entre las oficinas de NYC y Copenhague. Pero durante las festividades, algo está mal con Ingels. Nos queda preguntarnos: ¿acaso el estrés de dirigir una de las firmas de arquitectura de más alto perfil del mundo está alcanzando al visionario de 40 años?.
Las formalidades y el estrés de abrir una nueva oficina en un continente diferente no son las únicas cosas que amenazan con quitarle al intrépido líder a BIG. Debido a complicaciones persistentes de una conmoción cerebral que sufrió durante una fiesta (algo sobre ser golpeado en la cabeza por un bate de béisbol, nunca algo bueno), él está en dolor evidente y severo durante bastante tiempo. Él admite que el descanso es esencial cuando tienes una conmoción cerebral, "pero es difícil desconectar tu cerebro. No hacer ejercicio es bastante simple, pero no pensar es casi imposible". Un médico recomienda una resonancia magnética y le dice que las posibilidades de descubrir algo son escasas, pero el estrés de Ingels es evidente. "Prefiero perder mi brazo que no poder usar mi cabeza", dice. Alerta de spoiler: Bjarke descubre que no hay nada realmente malo, pero el susto le hace temer que haya llegado al final de su tiempo para hacer contribuciones significativas al mundo a través del diseño.
En general, los edificios que BIG construye son solo una fracción muy pequeña de todo el entorno construido. Es esta comprensión lo que hace que Bjarke cuestione su legado. ¿Ha hecho todo lo posible para tener un impacto positivo en el mundo a través del trabajo que ha completado? ¿Qué se hubiera dicho entonces del trabajo que nunca completó si el resultado de su aparente enfermedad hubiese terminado con su carrera?
Está bien documentado que la arquitectura como profesión no gestiona bien el equilibrio trabajo-vida. Muchos tienen la impresión de que, como arquitectos, es necesario trabajar más de 60 horas por semana para tener éxito. Como estudiantes, se considera necesario permanecer en el estudio hasta altas horas de la madrugada para finalizar un proyecto. Es en este equilibrio entre el trabajo y la vida que muchos sacrifican quizás lo más importante de mantener, si desean tener éxito, su salud. Ingels es un ejemplo extremo debido a la complicación de su creciente fama, pero al mismo tiempo, es un ejemplo perfecto de la importancia de hacer un esfuerzo para hacer de la salud una prioridad. No debemos esperar hasta que estemos dentro de una máquina de resonancia magnética para reconocer la importancia de un estilo de vida equilibrado. La verdad es que nunca sabemos qué edificio podría ser el último, pero eso no significa que debamos acelerar el proceso descuidando nuestro propio bienestar.
Por lo tanto, la pregunta es: ¿cómo manejas la responsabilidad de dar forma al futuro mientras priorizas tu vida para que no descuides la importancia del autocuidado? BIG TIME en última instancia debe servir como una fuente de motivación. Deberíamos estar inspirados por la oportunidad que nos brindan como arquitectos y diseñadores para dar forma al mundo que nos rodea según cómo lo veamos. Pero también debemos reconocer la inmensa presión que viene con eso. La capacidad de compensar esa presión con un esfuerzo consciente hacia una vida saludable es lo que marcará la diferencia si realmente queremos tener un impacto positivo en el mundo.